Al empezar nuestro día nos sentíamos
con ganas de trabajar aunque estábamos un poco cansados del tan intenso día de
ayer, ya que nos esforzamos todo lo que pudimos e intentamos dar todo lo que
éramos capaces, además de intentar hacerlo lo mejor posible. Al cabo del día
fuimos viendo que nos habíamos integrado un poco más en la comunidad y con los
residentes. No estábamos tan nerviosos de hacer las cosas de modo que, tal vez,
hemos hecho mejor las cosas que ayer. Hemos tenido un rato agradable con la
hermana Ana donde nos ha hablado de la llamada que Dios le hizo y de cómo llegó
a la comunidad, a Onuva. También nos contó un poco las historias de algunos
residentes y pudimos ver que cada uno tiene su historia y que son un mundo
distinto además de verlos con otros ojos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario